Solo respira

Empecé “Solo respira” sin saber muy bien qué me iba a encontrar, solo sabía que la trama giraba en torno a la fibrosis quística.
Es una historia dura, donde la autora refleja la realidad de los pacientes que sufren esta enfermedad y las dificultades que a veces tienen a la hora de conseguir los tratamientos adecuados. Los protagonistas son dos jóvenes enfermos: Olaia, con 21 años, tiene fibrosis quística y Lucas, con 28, un tumor cerebral inoperable. En el Centro de Estudios Clínicos donde están internos, empiezan a conocerse y entre ellos va surgiendo un cariño cada vez más especial. No es una historia de amor típica de novelas románticas, simplemente es la complicidad que se va creando entre dos personas que están en un mismo barco que se hunde, y acaban enamorándose y queriéndose de la forma más pura. En definitiva, una historia real.
Olaia y Lucas saben que no les queda mucho tiempo y deciden escaparse del centro para vivir los mejores días de sus vidas. Y lo consiguen. Los dos hacen una lista de deseos que van cumpliendo: colarse en una boda, ir a Cádiz, ir a un concierto, etc. Hasta que la enfermedad de Oli va a peor y no les queda más remedio que volver al Centro.
Una vez allí descubrirán que los médicos están ocultando ciertas cosas acerca de la enfermedad de Lucas y del tratamiento de Olaia, y Lucas está decidido a llegar hasta el fondo del asunto.
Hacía bastante tiempo que no leía nada de este estilo y me ha gustado mucho. Es una dosis de realidad con toques de ficción que a la vez que entretiene hace reflexionar.