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Es una divertida historia para aprender a querernos tal como somos sin importar si somos altos o bajos. Debo admitir que me he identificado con la historia, y es que al igual que pequeño protagonista deseaba crecer, crecer y crecer, ser tan alta como un naranjo, pero nunca pasé de mis 1.60. Pase mucho tiempo infeliz con mi estatura, hasta que me reconcilie con ella. No quiero ser bajito es un perfecto inicio para recordarnos que siempre hay que amarnos, tal cual somos, con nuestros 1.60 o 1.90 de altura, cada lunar, peca y marca nos hace únicos y maravillosos. Siempre es un buen momento para empezar a enseñar y aprender sobre lo valioso que es construir una saludable autoestima. |
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