Este nunca ha sido de mis cuentos favoritos y no sabía que iba a encontrarme en esta versión ilustrada. Pero vamos, por la portada os lo podéis intuir. Ese es el emperador y lleva siempre esos calzoncillos rosas puestos. El emperador me cae mal. Es una persona que solo piensa en la moda y se gasta un dineral en ella. Las mejores sedas, los tejidos más caros y los mejores sastres para que él tenga trajes nuevos cada día. Me parece un derroche tan innecesario. Pero es un emperador. La moraleja me parece muy buena y el final digno de esta historia. |