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En este libro encontramos un compendio de ciento dos microrrelatos muy breves y con una temática en común: el amor. Algunos textos son divertidos, otros te invitan a la reflexión, otros dejan paso a la esperanza, etc. Algo que me ha gustado mucho es que deja cabida para cualquier tipo de amor y a cualquier edad, rompiendo así con los estereotipos que aparecen en la mayoría de las lecturas tradicionales. En él podemos encontrar historias de lo más variopintas y sorprendentes, pero para nada descabelladas; seguro que todas han tenido su momento de realidad. Así es el amor, nunca dejará de sorprendernos. El libro se organiza en siete partes: amores y encuentros fortuitos; amores que no cuajaron; celos, dolor y violencia; amores de vejez, juventud y padres; otras formas de amar; labores domésticas y convivencia; y deseos cercanos. Los títulos de cada parte son muy clarificadores y reflejan a la perfección la temática de los relatos que incluyen. Si algo he de destacar de este libro, eso es su portada. Me ha resultado muy divertida desde el formato del título (con ese corazón roto) hasta la ilustración (un miembro de una pareja de mantis está siendo devorado por el otro). Aunque conocía un poco la forma de actuar de las mantis religiosas con sus parejas, el hecho de que el autor haya optado por incluir esta escena en la portada de su libro me ha hecho querer saber más sobre este ritual. Por ello, con este libro no solo me he entretenido, sino que también he aprendido algo nuevo. En general, se trata de una lectura divertida y que, al ser microrrelatos, permite ser dosificada en dosis tan pequeñas como se quiera. Es más que probable que todo lector se pueda ver reflejado en alguno de los relatos, pues son muy variados y, en muchos casos, representativos de la vida de muchas personas. Es una lectura perfecta para ser disfrutada cuando no tienes mucho tiempo, pero no puedes prescindir del momento de desconexión entre páginas. |
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