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Crítica de Ferrer


Ferrer
06 January 2021
Amorós desarrolla, tal y como describió el propio santo, la estructura de la predicación como una red, en la que un hilo está atado a otro y, cuando de esta manera tiran de ella, toda la red viene detrás. La pieza teatral está dispuesta a modo y semejanza de los sermones de San Vicente, puesto que la obra es en sí un sermón del santo ante los vecinos de Elche, incrustando fragmentos de los sermones del dominico. El tema está dividido en tres partes: El fuego de la lujuria, A vosotras las mujeres y El infierno, en el que explica las consecuencias morales para los oyentes. Amorós calca de San Vicente hasta el ruido que harían los pecadores al caer en la caldera infernal y refleja en el texto la voluntad del predicador para poner remedio a los males no sólo de aquella sociedad, sino también de la Iglesia.La pieza está protagonizada por Vicente, quien comienza su intervención expresando la preocupación que el Consejo de la Villa de Elche tiene sobre el comportamiento de algunos fieles, como el presbítero Jaume Pérez, que man­tiene a una concubina, o el fraile Pedro Portell, quien tolera en el convento los juegos de azar y la presencia de meretrices, «cosa contraria a los mandamientos divinos». A instancias del citado Consejo, Vicente predica para «sacar a los pecadores del pecado mortal y devolverles en gracia de Dios en este mundo». En su sermón rechaza la filosofía de Aristó­teles y Platón, la poesía porque «son libros de muerte, oscuros» , defiende la necesidad de ir a misa, aunque no se entienda el sermón, ya que el alma queda justificada.Vicente cifra en cinco los pecados a corregir: las hechicerías diabólicas, cas­tigadas con la lapidación; las blasfemias contra Dios, que acarrean la muerte; quebrantar domingos y festivos; jugar a los dados «porque en él se cometen la soberbia, avaricia, hurtos y usura» ; y practicar la lujuria, aunque a su vez proponga como remedio obligar a las prostitutas reconocidas a permanecer en el burdel. El dominico insiste en que la simple fornicación es pecado mortal y pide al oyente que mantenga «la castidad contra la lujuria que se expande por el mundo» y que no se entregue a la borrachera o al juego.
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