Puntuar este libro me ha hecho sentir de alguna manera ingrata. ¿Es justo dar 2.5/5 a un libro que me ha hecho reír y me ha entretenido? ¿Qué busco en una lectura? ¿Y por qué tendría que ser yo justa con un libro? Lo cierto es que no ha estado mal y que esto no es una reseña que hable de la calidad del libro, sino un comentario sobre mi experiencia leyéndolo. "El día que me vaya no se lo diré a nadie" es un libro divertido, pero también triste. Triste porque sus personajes no encajan, porque viven a un ritmo diferente (de soul, indie, punk y muchos otros que ni conozco) y no actúan como se esperaría de gente de su edad. También porque hay una historia de desamor y hay soledad y fracaso. Divertido porque el narrador omnisciente a veces nos interpela y ese juego me sigue haciendo gracia en pequeñas dosis. Y porque a veces las escenas son tan patéticas, que tienes que reírte. El problema para mí es que está lleno de referencias pop que en 2022 me parecen un poco anticuadas y que los personajes no me han emocionado ni interesado. Tampoco me han aburrido, pero no he sentido ningún tipo de vínculo con su angustia vital. Y a pesar de lo que pueda parecer, el libro ha conseguido que siga teniendo curiosidad por la obra de Kiko Amat. Creo que sus temas y su estilo se intuyen ya aquí, pero tengo en mente algunos títulos que podrían encajarme más. |