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Nada más tenerlo en las manos nos llama poderosamente la atención su edición, una pasta dura que parece tabletas de chocolate blanco. Es un libro muy apetitoso y no solo por su encuadernación, el colorido como con tempera con colores cálidos parece que al abrirse te encuentras una gran tarta que al cortarla para repartir una porción te muestra las gran cantidad colorida de cremas que alberga su interior. La historia es fácil, sin diálogos, tan solo con lo visual uno es capaz de sumergirse en esta leyenda fantástica en la que una isla apenes habitada varios protagonistas entrelazan una historia que bien podría habérmela contado mi abuela mientras me dormía. Te va a hacer soñar. Vas a leerla muy rápido y vas a querer releerla otra vez al momento, para sacar más partido de algo tan visual y seguro que te pasara como a mi: encontraras otra historia. Muy recomendable para niños, ya que no necesitan leer y al ser tan visual se entretendrán con ella. |
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