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"—Cásate conmigo —suelto. Angelina parpadea, mira a nuestro alrededor, donde hay al menos veinte cadáveres esparcidos, y luego me mira fijamente. —Sí que sabes elegir el momento y el lugar, grandullón. —¿Quieres casarte conmigo? Creo que mi corazón deja de latir mientras la observo con los ojos pegados a sus labios, esperando su respuesta. —Por supuesto, que sí." ¿Por dónde empezar a explciar esta historia? Tenía muchísimas ganas de empezarla desde el primer libro donde Roman presentó a este personaje, Sergei. Un ex marine de un proyecto de tortura, marcado en tinta y cicatrices de un pasado caótico y terrible que se ha encargado de concentrarse en una mente perdida y completamente inestable. Pero eso cambia cuando la conoce a ella, Angelina es la única persona capaz de contener esos ataques donde su cabeza lo consume y el peligro acecha a quienes le rodean. Seguimos jugando en el rol hibristofílico de un romance oscuro, donde un depredador es cautivado por la figura femenina de apariencia frágil que simula una presa. ¿Lo disfruté? Totalmente. Este tipo de narrativa simple, cargada de tensión sexual y datos perturbadores de un grupo de personajes salidos del molde son adictivos, siempre dentro de la ficción. Disfruté esta tercera entrega casi un poco más que la segunda y primera juntas. Sergei es mi monstruo favorito. Enlace: https://www.instagram.com/je.. |
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