Bernhard se muere

"Bernhard se muere" es una colección de ocho relatos y una "indicación" ("Todo lo bueno que sé lo aprendí de estos hombres"), creada por la mexicana Alejandra Gómez-Macchia.
Las palabras preliminares de la autora nos revelan algunas de las claves del libro. En ellas muestra su agradecimiento a diversas personas, pero sobre todo a aquellas que le acercaron al intenso escritor austriaco Thomas Bernhard y su particular espíritu.
"Bernhard se muere" es el título del primer relato, clara paráfrasis de "Goethe se muere". Es la extraña historia de un traductor de Bernhard que nunca consigue hablar con su arisco traducido... hasta que el propio Bernhard contacta con él.
Al resto de los relatos los sobrevuela una especie de ironía fatalista. Sus protagonistas se ven arrastrados por circunstancias diversas a tomar decisiones o son tal vez sus decisiones las que los llevan al límite en distintos momentos de su vida, o tal vez a tomar caminos que luego se cuestionan. Sin embargo, todo fluye con una extraña naturalidad, sin aspavientos.
"Dormir la víspera y despertar el día de ayer" es sobre música, alta cultura y ¿amor eterno? "Jabones polvorientos en el baño de visitas" nos habla sobre el abandono de un hombre, con un sutil humor. En "Cómo ser feliz en el desierto" vemos entre el contraste entre el recuerdo del antiguo amor juvenil, la aventura un tanto idealizada, y la realidad años después. "Pasos de gigante" es una breve estampa de alcohol y nostalgia. "Y a mí, ¿quién me va a amar?" es una violenta e impactante historia en la que, sin embargo, los agresores aparecen nimbados por una especie de patetismo esperpéntico. "En obra negra" es otra historia de nostalgias , de una "ella", de lo que pudo ser, de referentes culturales de una juventud que se tenía por rebelde. "Manolos" es el breve relato que cierra la colección, un remate sin solemnidad en la que confirmamos con media sonrisa la relación entre los zapatos y las crisis conyugales...
He disfrutado mucho con la lectura de esta colección, con las voces, diferentes pero llenas de naturalidad, de sus narraciones, con su fino e irónico entendimiento de las relaciones, de las aspiraciones humanas, de los sueños que se van desvaneciendo... Tal vez un poco menos Bernhard de lo que haría esperar el título pero... ¿quién necesita un imitador de voces?