Historia de una maestra

"- ¿Tú crees que estoy loco?- me preguntaba. Yo me apresuraba a negar esa locura; le cogía de la mano y le sonreía. - Es muy difícil aceptar la incongruencia de la vida - me decía- por eso debes entender que necesita religiones para dar respuesta a sus temores. Yo no lo entendía bien entonces. Pero recibía el mensaje de mi padre - Respeta a los demás, respeta y trata de comprender a los otros. ""He contado muchas veces los recueros que me quedan de Guinea. [..]. Cómo olvidar la lucha por la supervivencia de unos pueblos asediados por el hambre, la enfermedad, el miedo. Cómo olvidar a los niños. Mis esfuerzos por enseñarles ciencias o geografía o historia chocaban con una incomprensión que iba más allá del idioma. Eran despiertos pero no podían comprender la prehistoria. ¿Acaso no vivían en ella? ¿Hasta qué punto les añadiría felicidad el descubrimiento de los avances técnicos que invadían el mundo civilizado?""En los pueblos pequeños y alejados de las ciudades como los nuestros, las primeras reacciones frente a la República fueron el desconcierto y la desconfianza. En seguida la toma de posiciones se fue acentuando y se produjo una evidente división. Sin que nadie interviniese directamente, los vecinos se fueron agrupando en dos núcleos significativos, a favor unos y en contra otros del nuevo Gobierno". Historia de una maestra de Josefina R. Aldecoa es un pequeño gran libro. En sus doscientas páginas Aldecoa nos relata la vida de una maestra rural de los años treinta en España con sus luces (pocas y que se resumen básicamente en el interés que ponían los docentes) y sus sombras (muchas: la ignorancia, la pobreza extrema, la dejadez de los gobernantes...). Homenaje a su madre y su abuela, que como ella, también fueron maestras, la autora también muestra, en paralelo, el devenir de una época convulsa en nuestro país. La huida de Alfonso XIII, la ilusión de la República, las Misiones Pedagógicas, la Revolución de Asturias del 31 y la inevitable guerra civil, momento en el que acaba la novela. Todo ello con un tono sencillo, tranquilo, muy ameno y muy pedagógico, que por algo estamos hablando de maestros. Libro recomendado no, lo siguiente."No es un ataque a vuestras creencias. No es un insulto ni un desprecio. Pero tenéis que entender que la Escuela no puede ser un lugar para hacer fieles sino un lugar para aprender lo más posible, y llegar a ser hombres y mujeres cultos. Para aprender a ser buenos cristianos, tenéis la Iglesia, no lo olvidéis. La Iglesia Católica aquí y en otros lugares las Iglesias de otras religiones que también merecen respeto."