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Ana Alcolea es licenciada en Filología Hispánica y diplomada en Filología Inglesa. Ha ejercido como docente de Lengua y Literatura durante más de veinticinco años y publicado numerosas novelas juveniles e infantiles. "Casilda y las mariposas" es su última obra dirigida al público más joven. Con una letra de tamaño grande, una historia concisa y lineal y un vocabulario sencillo y amplio que aporta un enriquecimiento y diferenciación de conceptos, este cuento se convierte en un ideal para los primeros lectores que se introducen en los libros más extensos superando de forma paulatina su nivel. Además, la trama aporta datos curiosos que el lector tendrá la oportunidad de recoger en mayor o menor medida de tal forma que le permita continuar con su aprendizaje. El estilo de Ana es muy poético y en esta ocasión se ve acentuado gracias a la ambientación naturalista que predomina en el cuento. A diferencia de otras obras de la autora, "Casilda y las mariposas" tiene su centro de interés en las conversaciones que la protagonista mantiene con su abuelo, en particular, y con su madre. Durante estos momentos se llegan a dar una serie de soliloquios en donde cada uno aporta su punto de vista de diferentes temas basado en su experiencia y madurez. En ocasiones, el abuelo es quien explica la realidad a Casilda para que ésta comience a comprender el mundo, mientras en otros es la niña quien da una perspectiva más moderna e inocente. Los temas que se tratan a lo largo de la historia, algunos de forma más directa que otros, son muy diversos y versan acerca de la nostalgia, el amor, la pérdida, la fantasía, los animales o la familia. Así mismo, aunque no se mencione de forma específica, la autora no pierde de vista en ningún momento como entorno en donde se desenvuelve la mayor parte de la historia. Por ello, sin apenas llamar la atención se convierte en el motor que da inicio a múltiples paralelismos. El bosque, los animales, las flores y los habitantes mágicos de los que se dice que habitan en estos lugares aportan diferentes recursos que permiten despertar la sensibilidad del lector. Con una maestría inigualable, Ana Alcolea planta en el lector una serie de reflexiones y enseñanzas de un modo tan sutil y delicado que prácticamente parece no proponérselo. A través de expresiones, diálogos o acciones se lanza una semilla que el propio lector puede, o no, recoger y en el momento adecuado dejar germinar. Por dicho motivo, considero que el libro tiene múltiples lecturas y enseñanzas que van a depender de la madurez lectora. Entre muchos valores, cabría destacar con especial atención la llamada a la humildad, la igualdad, la ayuda y el respeto hacia todo lo que nos rodea. Las ilustraciones de Cinta Villalobos son delicadas, sutiles, mágicas y armoniosas y contribuyen a crear esa sensación de bienestar al plasmar a la perfección la tierna relación entre abuelo y nieta y sus inolvidables conversaciones. Sin duda, me ha parecido una lectura deliciosa con la que me ha hecho recordar pasajes de mi infancia. Es una historia que despierta y suscita el poder de la imaginación, el juego y la creación abogando por la relación intergeneracional. del mismo modo, realiza un acercamiento hacia la naturaleza, su cuidado, admiración, respeto y protección. En conclusión, considero que "Casilda y las mariposas" es un libro con un toque espiritual que, tras su última página, deja una sensación agradable de bienestar, paz y armonía. Es por ello que lo recomiendo abiertamente a todos los públicos, puesto que la magia, el color y la naturaleza cobran vida propia y nos llevan de la mano a través de una cálida historia infantil. |
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