El misterio de la Casa Roja

“El misterio de la Casa Roja” es la única incursión detectivesca por parte de A. A. Milne, el autor de Winnie the Pooh. Escogí éste libro sin más pretensiones que de disfrutar de su lectura y de leer interesado el contraste entre su famosa obra infantil y ésta novela policíaca; por lo que no tenía grandes expectativas ni esperaba una obra maestra, pero sí puedo decir que me ha gustado. Con una prosa precisa, A. A. Milne nos sumerge en lo que perfectamente podría ser una novela del gran Arthur Conan Doyle, al más puro estilo de Holmes y de Watson.

La novela no está para nada mal pues la estructura es buena, los personajes principales están desarrollados correctamente y la narración lleva un ritmo apropiado; ciertamente no me atrevo a decir que destaque especialmente en ningún aspecto, simplemente casi todo está llevado a cabo correctamente. Éste “casi” alberga lo que menos me ha gustado del libro, y son, sin lugar a duda, los enredos de la trama.
Si bien, la investigación no llega a hacerse pesada en ningún momento, no puedo decir tampoco que se haga ligera; hay demasiadas bifurcaciones en la trama, demasiadas hipótesis y teorías sin fundamentos, meramente intuidas por deducción. La investigación comienza siendo como una diminuta bola de nieve, para concluir convirtiéndose en un violento alud que cada vez arrastra más teorías y más deducciones, volviéndose más y más grande hasta abarcar todo lo posible, un punto en el que es imposible que se pruebe una hipótesis ya que desmoronaría otros puntos de la investigación. El desarrollo es algo complejo y pueden ser difíciles de entender algunas decisiones o situaciones, pero sigue siendo entretenido.

El final simplemente no me lo esperaba. Ha sido como un súbito puñetazo en la cara, tan inesperado e incomprensible. Por eso creo que no eran necesarios tantos enredos en la trama, por lo desvinculado de ellos que está la conclusión final.

Una novela entretenida, con giros inesperados desconcertantes, al estilo de Sherlock Holmes, aunque personalmente, me quedo con Winnie the Pooh.