Los personajes resultan sencillos e interesantes por su cotidianeidad, aunque a veces emplean un lenguaje que, por aportar mayor dramatismo a la historia, da una sensación un tanto forzada. Aitor escribe sencillo, con un lenguaje directo pero ágil. Además, la extensión de los capítulos es corta y en ellos veremos los puntos de vista de todos los personajes. Debido a todo esto, la historia me ha mantenido atrapada. A pesar de no especificar un lugar geográfico concreto, el autor ha logrado representar con claridad cada escenario y situación en la que los personajes se van encontrando. A pesar de esa sensación de un lenguaje forzado, lo cierto es que los personajes son muy interesantes y provocaban que quisiera saber más. Además, el planteamiento de la trama y el formato que ha escogido el autor para transmitirla me han encantado. |