Tu luz en mis manos

Léa y Alexandre no pueden ser más diferentes: ella se gana la vida trabajando de librera con su hermano sorteando la censura de la época sobre algunos libros y publicaciones; el es hijo de un barón y futuro heredero del título por encima de su hermano que lo único que hace es dar problemas y manchar el apellido.
Un día se encuentran por casualidad porque un conocido común decide llevar a Alexandre a la librería de Léa a ponerlo en un aprieto. Ese será el primer encontronazo en el que saltarán chispas y, poco después, vuelven a coincidir dando lugar a una situación bastante comprometida para los dos así que la solución que se propone es que pasen un poco de tiempo juntos dando la sensación de que son amigos.
Eso permite que se vayan conociendo mejor y vean lo que hay detrás de sus apariencias. Alexandre había prejuzgado a Léa como una mujer desvergonzada, altanera y sin educación. Léa lo ve a él como a un hombre sin sentido del humor, encorsetado y sin interés por nada.
Léa y Alexandre no son los únicos personajes pero se ven definidos por quienes les rodean: una familia que mantener en el caso de ella y un título que heredar por obligación no por derecho en el caso de él.
La narración es sencilla, nos va mostrando cómo es la vida de Léa y Alexandre y los sobresaltos a los que se ven sometidos, cómo evolucionan a lo largo de la lectura, los problemas que tienen y las soluciones que se les dan.
Una novela muy bien ambientada en la Francia previa a la revolución en la que contrastan sus fiestas, presentación en sociedad y clases altas aburridas por un lado, pero por otro había un ambiente clandestino en el que panfletos y libros subidos de tono estaban prohibidos pero había quien se las ingeniaba para llenar las estanterías de las casas más adineradas con ese tipo de publicaciones. al final del libro la escritora deja una nota ampliando la información sobre estos hechos que me ha resultado bastante interesante.