Este número de la serie me ha gustado menos que los anteriores. Está entretenido. Nuestro trío de personajes siguen resolviendo casos que permanecían en el olvido o sin resolver por falta de pruebas. Pero ahí están el misterioso Assad (cómo llegó a la comisaría y las relaciones que mantiene con los altos mandos siguen siendo todo un enigma), Rose, que no hay nada que se le resista, y el comisario Carl Morck, al mando de este Departamento Q. Me gusta mucho ver cómo maduran y evolucionan los personajes a lo largo de la serie y meterme de lleno en su vida privada y relaciones interpersonales. |