Una historia de lobos que empieza bien (el principio recuerda a los inicios de Ragnar Blackmane en "Lobo espacial" de William King) pero que pierde fuelle; lo que promete el sinopsis no se da hasta casi el final y el primarca Leman Russ (¡El gran lobo!) no asoma las orejas hasta alrededor de la página 300 más o menos, con lo que el interés por leer a este personaje se va perdiendo conforme avanza la historia y no hace acto de presencia. Lo mejor empieza hacia la conclusión de la historia, aunque el enfrentamiento entre las legiones de los lobos y de los mil hijos pasa desapercibida, Dan Abnett la narra en un momento y sabe a poco (aunque lo "arregla", aunque poco tambien, con la aparición de Horus Lupercal en los últimos capitulos). Dan Abnett es un escritor sublime, sus símiles son casi perfectos y te hace ver lo que narra, pero en esta ocasión falla la trama en una historia con un sinopsis que se da tan sólo durante los últimos capítulos. |