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Crítica de CARMINA


CARMINA
05 April 2018
He leído en algunos comentarios que posiblemente esta sea la más floja de las tres novelas que tienen publicada. A mi sinceramente me ha gustado, no tiene tanta tensión como Crímenes exquisitos, ni tampoco tantas páginas, pero la historia me ha parecido creíble, el reencuentro con los personajes que se arrastran de la anterior novela impresionante, y los nuevos malos, si bien no están a la altura de Delgado, era difícil conseguir un ser más depravado, tampoco se quedan mancos y nos darán ganas de ahogarlos.

Una "Femme" Fatal:

En la mesa redonda La mujer en la novela negra que se celebró en Castellón, Nieves habló largo y tendido de Rajiva, quizás el personaje más odiado de esta novela. Entonces comentó su fascinación por las mujeres fatales, por la maldad que algunas esconden, y a Rajiva no se le puede negar ese punto de ruindad.

De origen hindú, esta mujer menuda que maneja con maestría el arte de matar de forma sofisticada, o al menos a mi me lo ha parecido, se ampara en la impunidad diplomática que le proporciona su matrimonio, a la sombra de esa protección no duda en meterse en negocios de tráfico de drogas, trata de blancas y un rosario de delitos que incluyen el asesinato si se encuentra en peligro.

Como mujer fatal resulta muy atractiva, es un personaje al que se llega a odiar por esa sangre fría que demuestra, por esa dependencia del dinero que la lleva a vender mujeres al mejor postor, aunque para ello tenga que secuestrarlas, o drogarlas. Es la cara menos amable de un negocio que mueve dinero en las altas esferas y que arruina la vida de muchas jóvenes que se ven sometidas a la prostitución.

Quizás durante la lectura fui capaz de ver a Rajiva con los ojos que Nieves quería que la viera, para ello puso énfasis en su defensa, en presentarla como un personaje atractivo dentro de la novela e incluso añadiría que necesario porque es el que más vida le da.

Sin embargo como malvada no le llega a la suela de los zapatos a Delgado, que me ponía los pelos como escarpias cada vez que aparecía en escena, a Rajiva fui capaz de verle esa parte humana cuando su vida corría peligro, a Delgado jamás fui capaz de vérsela.

Por lo que he podido comprobar los malos, malisimos, esos que dan grima, siempre están protegidos por una persona poderosa o con dinero, a los que hacen el trabajo sucio y benefician económicamente. En el caso de Delgado era Mendiluce en el de Rajiva, el vicecapo de la Polícia de Roma, Guido Barone.

Os recomiendo descubrir a Rajiva, no dejaros llevar por la rabia que os puedan causar sus acciones, seguro que así sois capaces de disfrutar más de un personaje que es absolutamente necesario.

Mis impresiones:

Si Crímenes exquisitos comienza fuerte, yo apostaría que Martyrium es mucho más impactante, a mi al menos consiguió noquearme, dejarme sin aliento, tremendo crimen y nada más comenzar, además cometido en Italia, y ahí se dispararon todas mis alarmas. Un crimen en el extranjero no podía ser competencia de la inspectora Negro. Y la verdad es que Valentina tarda en aparecer, y también Sanjuán aunque poco a poco vamos encontrándonos con viejos conocidos, con Mendiluce luchando para salir de la cárcel con una sentencia de inocencia, a Lúa Castro tan alocada, imprevisible y suicida como en la anterior novela, el horror hecho realidad, aunque no pienso deciros nada más y como no la inspectora y el criminólogo, aunque cada uno por separado e intentado resolver un caso distinto.

La Justicia esa dama que se representa con los ojos vendados y una balanza en la mano, nunca ha sido presentada con tanta crudeza en una novela, o al menos yo no me he encontrado con una forma tan directa de burlarla. Imagino que desde que el mundo es mundo, los poderosos han intentado eludir la pena de cárcel, y para ello han intentado comprar jurados, jueces, abogados, fiscales y todo lo que pudiera estar a su alcance.

Los tentáculos de nuestro corrupto, son más largos de lo que pudiéramos imaginar, tras la pérdida suponemos que irreparable de su mano derecha, Delgado y de su abogada, Raquel Conde, podríamos imaginarlo hundido, sin capacidad de reacción, pero nada más lejos de la realidad, con una nueva abogada deseosa de agradar a su jefe y con tan pocos escrúpulos como su antecesora, comienza a mover los hilos para conseguir ser declarado inocente de todos sus cargos, para ello pone toda la carne en el asador y extorsiona y coacciona, para que alguien haga por él el trabajo sucio.

Ser testigo de esa coacción a la Justicia, y más concretamente a los jueces me ha irritado, quizás por ser consciente de que puede darse, a lo mejor no de la forma que la novela lo pinta, pero hay mecanismos para subyugar la voluntad de un juez, para que este termine actuando de forma contraria a como piensa.

La mayor parte de la acción sin embargo, sucede en Roma, la Ciudad Eterna. Los carnavales son una buena época para que un asesino que huye de la gente, actúe amparado en el anonimato que conceden las mascaras y los disfraces. No nos es difícil descubrir a un antiguo conocido, quizás más radicalizado, más peligroso que nunca, con graves secuelas. Capaz de lo peor de si mismo, de la crueldad y la ruindad más absoluta. Un hombre que está sembrando el pánico, y que mantiene en jaque a la policía de Roma que nunca había lidiado con algo similar.

Y son precisamente estos asesinatos los que llevan a Lúa Castro y a Sanjuán a Roma, a la periodista en pos de la exclusiva, al criminólogo a saldar una deuda contraída que no le da descanso. Y mientras ellos intentan descubrir quién esta detrás de los asesinatos, Valentina Negro intenta salvar la vida de Marta e impedir que un corrupto se salga con la suya.

Que Valentina es una mujer de armas tomar nos quedó claro en Crímenes Exquisitos, sin embargo en Martyrium se encuentra con la horma de su zapato, Rajiva, una criminal que la pondrá contra las cuerdas en más de una ocasión, la pondrá en peligro, en incluso intentará acabar con su vida, y que finalmente será quien le proporcione la manera de sobrevivir a una mente enferma.

Si me habéis seguido hasta aquí, habréis deducido que nos encontramos con dos tramas paralelas, que aparentemente no tienen ninguna conexión, pero que acaban convergiendo para cerrar los flecos que quedaban abiertos en la anterior novela.

Comentaba en la introducción que había leído muchos comentarios de que esta novela es la que menos ha gustado de las tres que llevan publicadas estos autores, yo todavía tengo pendiente de lectura la tercera, pero a mi me ha parecido una buena consagración, si bien Nieves comentó en el encuentro al que asistí que una amiga suya la llamaba la novela de las felaciones, y a mi también me dio esa impresión, incluso llegó a agobiarme y eso que iba sobreaviso. No se si es por ello por lo que ha gustado menos, o por que Valentina y Sanjuán han tenido menos protagonismo, pero yo me he quedado con ganas de abordar la tercera entrega.

Mucho se ha comentado si es necesario abordar la serie por orden, yo lo creo más que oportuno, ya que aunque en Martyrium encontramos información más que suficiente para entender la lectura, también es verdad que si posteriormente abordas Crímenes exquisitos te restan parte de la intriga, puesto que ya conoces al asesino y te comes más de un spoiler, de ahí que comenzar con la primera de la serie sea más que necesario. Si ello no consiguiera convencerte esta segunda parte a penas ahonda en los personajes porque ya los conocemos de la entrega anterior, de ahí que la acción cobre mayor protagonismo, y sea mucho más ágil. A este dinamismo también contribuyen los capítulos cortos, que obligan a leer un poquito más, y cuando te das cuentas ese poquito se ha convertido en una hora, o más, arañando horas al descanso nocturno.

La mayoría de los personajes de esta novela son conocidos y aquellos que no lo son están descritos en ocasiones de forma somera, pero se aprehende bastante su forma de pensar y de ser, entre los nuevos me ha sorprendido Patrick Doyle, para ser un sicario, un hombre acostumbrado a matar, a secuestrar, torturar, lo veremos asquearse ante la trata de blancas. Casi parecía humano, y llegó a enternecerme, pero solo fue un espejismo, después su forma de actuar lo devolvió a su estatus. Si alguien me hizo dudar, y sobre todo tener sentimientos contradictorios ese fue Enzo Ferretti el novio de Marta, el que la vende a Rajiva para salvar su vida, y luego pone todo su empeño en lograr su libertad por mala conciencia. Ranucci me ganó, lo vi tan perdido, tan dividido entre lo que le gustaría y lo que debía hacer, por un lado tenía un caso que lo superaba, y con presiones por parte de un millonario para encontrar al asesino de su hermana, y por otra parte aceptar la injerencia de unos extranjeros que por otra parte echan por tierra el perfil del criminólogo italiano.

Tal y como sucediera con Crímenes Exquisitos, el final de la novela supone el gancho para que el lector desee embarcarse en una nueva aventura, la intriga esta servida y Valentina Negro de nuevo en el punto de mira, ¿qué le deparará el futuro? Espero descubrirlo pronto, quizás en el seno de otra lectura simultanea, en la que espero poder participar de forma más activa.

¿Tropezar dos veces con la misma piedra?

La novela en general me ha gustado, la he disfrutado, me ha parecido menos cruenta que Crímenes exquisitos, aunque sigue siendo poco apta para estómagos delicados, sin embargo si en la primera entrega me pareció que le sobrara tanta referencia a marcas de ropa y vehículos, en esta me ha chirriado el comportamiento de Lúa.

Y no que viaje a Roma buscando un reportaje, una exclusiva, eso entra dentro de lo cabal, una profesional siempre busca una primicia, y más si como le chivan los crímenes de Il Mostro son tan parecidos a los de El Artista, y el libro que ha escrito la ha catapultado a la fama. Sin embargo una vez en Roma, ya no entiendo como puede haber superado los traumas que debe arrastrar desde que arriesgara su vida y la de su padre, que no evolucione como lo ha hecho Sanjúan y sea tan irreflexiva que se meta en la boca del lobo ella sola, arriesgando una vez más su vida.

Lúa es alocada, irreflexiva, pero no me la creo tan irresponsable, no puedo creer que tenga un carácter tan suicida, ninguna exclusiva merece pagarlo con la vida. Soy periodista y puedo entender parte de su forma de actuar, pero desde que descubre la guarida del Il Mostro no entiendo como no comunica su posición, como sigue intentado esconder algo tan importante en aras a proteger una exclusiva.

Es lo único en lo que les tiraría las orejas a los autores, creo que era innecesario y además le resta verosimilitud al resto de la trama.

Conclusión:

Martyrium es una más que decente segunda parte, para mi la consagración de una pareja que ha demostrado que en España es posible hacer novela negra, y que esta no tenga nada que envidiarle a la que llega de fuera.

Nos encontramos ante una continuación de Crímenes Exquisitos, que retoma la acción donde aquella terminó, o en sus secuelas. al encontrarnos tantos personajes conocidos la trama cobra importancia, nos encontramos ante un thriller adictivo, en el que dos tramas paralelas terminan convergiendo y cerrando todos los flecos que quedaban pendientes.

Si quieres volver a vibrar con crímenes cruentos, secuestros, extorsiones a la justicia, si quieres volver a ver a Valentina Negro en acción y disfrutar con los perfiles de Sanjuán ya tardas en sumergirte en esta nueva entrega, yo ya tengo preparada la tercera de la serie.



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