InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Leercomoformadevida


Leercomoformadevida
30 April 2022
Me declaro fan absoluto de Nando Abad.

Si “Lo que jode encontrarse un calcetín desparejado”, primer libro del autor”, fue el libro con el que más me había reído nunca y estuvo en mi TOP del año pasado, “Ideas para ser parecer feliz” estará en mi TOP de siempre también. Tuve la suerte de poder leerlo hace unos meses, y me quemaba por dentro de no poder recomendarlo a los 4 vientos. Ahora YA PUEDO.

Si su primer libro era un alegato al humor más puro, a la comedia para no parar de sacarnos carcajadas, en este segundo libro ha sumado más cosas. Manteniendo ese humor, esas risas continuas y consiguiendo que acabes de leer un rato el libro y veas el mundo un poco más bonito siempre, además ha creado una historia con unos dramas personales de unos personajes que nos harán recorrer su época estudiantil y su presente, gracias a una cena reencuentro que conseguirá sacar los traumas y miedos de muchos de los protagonistas.

El último párrafo de la sinopsis resumen muy bien este libro: “Una novela de humor hilarante y gamberra, pero también una reflexión existencial sobre el pasado y sobres las cosas que nos hacen infelices, que a menudo, aunque parezcan dramas, no están tan lejos de la comedia”

Ya lo dice el gran @luisadmirado en unos de sus libros, “pero es que mi cabeza funciona así, estrujando la realidad, hasta que sea graciosa”. Y en esto, Nando Abad es un genio.



Frases destacadas.

“Y precisamente el tiempo es también el protagonista de la búsqueda de la felicidad. Cuando no la encuentras en el presente, la buscas en el futuro. Si tampoco la intuyes en el futuro, solo te queda mirar en el pasado. Se parece mucho a un juego de trileros en el que la bolita es la felicidad y los tres cubiletes los maneja Dios o Yahvé o Alá o la Pachamama”.

“Hay cuatro tipos de personas. En primer lugar, las que odian los lunes y se pasan la semana deseando que llegue el fin de semana. Son la mayoría. Bosteza y refunfuñan en metros y atascos, pero ríen a carcajadas en terrazas y cines. En segundo lugar, están las que odian su vida, pero encuentran cierto refugio en la rutina de los días laborables. Para ellos el trabajo es algo que al menos los distrae o los motiva y son los domingos cuando el dolor, con intimidad, pantuflas y tiempo libre, brilla en su máximo esplendor. En tercer lugar, están las personas que detestan por igual sus martes y sus sábados y saltan de un día a otro cabizbajas y tristes, sin ni siquiera mirar el calendario porque, total, qué más da. Por último, están los felices, los que disfrutan trabajando y sin trabajar, los que se levantan de un salto cuando suena el despertador y cuando no suena. Los miembros de este último grupo se caracterizan por su sonrisa y porque suelen ser, en su mayoría, medio lelos”.

“Hay frases, decisiones o casualidades que cambian nuestra vida por completo, aunque en el momento pasen desapercibidas. Anacrís, en aquel entonces, no tenía ni la más remota idea de que la respuesta de Ire marcaría su futuro”

“Entre todas las prendas absurdas que existen y han existido destaca, sin duda, el plumas sin mangas. No hay ningún estado meteorológico para que el que sea idóneo. No existe una cifra de grados Celsius en la que haga al mismo tiempo el suficiente frio como para necesitar esa gruesa cobertura en el tórax y el suficiente calor como para poder llevar los brazos a cuerpo”.

“Ire había desayunado un yogur desnatado sin azúcar que tenía un fuerte sabor a la nada más absoluta. Poco que ver con los donetes que solía tomar recién levantada. Si existiera Dios, pensó ella, las manzanas sabrían a donetes y los donetes a manzanas”

“Una de las mierdas de los que tienen éxito y pasta es que nadie va a consentirles nunca que estén tristes. Se lo van a prohibir porque la ley en la que se basa el capitalismo es que el dinero da la felicidad. Si la gente pensara que no va a ser más feliz por tener más, se bajaría de la rueda en cuanto pudiera sobrevivir. El sistema se caería y eso es inadmisible. Da igual que haya muchísimos más suicidios en Europa que en África. El dinero da la felicidad y punto. Y si alguien con éxito y dinero no es feliz, hay que apalearlo, porque no sabe lo que tiene y sus problemas no importan. Por eso la inmensa tristeza de Anacrís era más dura, porque ni siquiera podía compartirla con nadie”.

“Esa era la estrategia que Alexis utilizaba para comprar neveras, aspiradoras o cualquier otra cosa de la que no controlara. Su teoría era que la más barata siempre era una mierda y la siguiente era la menos cara de las buenas”.

“El ser humano es así. Nos pasamos el primer tercio de la vida buscando actividades que nos hagan sentir más mayores y los otros dos tercios, buscando actividades que nos hagan sentir más jóvenes”.

“Nadie se toma un whisky solo a las seis de la tarde sin estar magullado. Los taburetes, pensó un día ella, son las camillas de los que están heridos por dentro”.

“Antes el hombre trabajaba para alimentarse. Ahora el dinero no sirve para alimentarse, sirve para sentirse mejor que otros. Para tener cosas mejores que te hagan sentir mejor que los demás. ¿Y cuál es el final de eso? Ninguno. Siempre hay gente mejor, siempre vas a querer más dinero. Es una rueda”.

“¡El cazador-recolector! Aquel hombre cazaba lo necesario para comer y luego no trabaja más ese día. ¿Te imaginas al hombre prehistórico cazando ocho horas al día mamuts que no necesita?”ç

“El concepto “tesoro” es relativo y depende del grupo concreto. Para unos nómadas muertos de hambre, un tesoro podría ser medio pollo asado. Para unos moteros tirados en la carretera, una Mitsubishi. Para unos jóvenes de rave, medio pollo y una Mitsubishi”.

“Todo el mundo parece feliz en su Instagram. Su hubiera habido Instagram en la Guerra Civil, también hubieran parecido felices todos”.

“Mira, hija, puede haber algo más o no. Si lo hay, mejor pensar que lo hay. Y si no lo hay, también mejor pensar que lo hay. Si luego no lo hay, pues no lo habrá, pero habrás vivido pensando que lo hay”.

“La felicidad, también esto se dice, es el cociente entre expectativas y realidad. El problema es que las expectativas no tienen techo y la realidad sí”.


- Una última pregunta, Verónica. La historia es divertidísima, ahí hay unanimidad, pero el subtexto, el retrato que haces de nuestra sociedad a través de esos monos, es durísimo. Individuos infelices e inseguros llevando vidas que no les gustan, arrastrados por su egos, por querer sentirse mejores que los demás… Y hasta que viene una desgracia nadie se da cuenta de lo que es importante. ¿No te parece demasiado cruel y pesimista?
- No, me parece muy fidedigno.
- ¿Y que arma tenemos contra este mundo absurdo?
- Ser buena gente y reír. Si te ríes de algo, ya lo estás venciendo
- Pero la risa no cambia la situación
- al revés. La risa lo cambia todo”

Comentar  Me gusta         215



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(20)ver más