Escuela de escritura

Me he llevado una grata sorpresa con esta novela. Me ha gustado especialmente todo lo concerniente a la escuela de escritura y los procesos creativos. Además, está escrito de una forma excelente –aunque en ocasiones Abad peque de rimbombante endilgando adjetivos sobrantes a su prosa histriónica–. La autora le ha sacado mucho más jugo a la trama del que pensaba que se le podía sacar a raíz de una idea a priori sencilla, y la ha transformado en una historia intrigante, adictiva y con un poso de reflexión que para mí es el necesario para calificar un libro de sobresaliente.

Me ha resultado resaltable que el narrador en primera persona no especifique su género en ningún momento en ninguna de las 170 páginas, sin utilizar adjetivos ni en femenino ni en masculino. En un momento un personaje se refiere al/la protagonista con el adjetivo “sincera”, pero las actitudes me han hecho pensar que se trataba de un hombre. No sé si ha sido a propósito o no, pero parece una especie de mensaje oculto (como el que aparece en la novela de dentro de la novela).

Ésta es sin duda una de esas pequeñas joyas de la literatura con las que nunca viene mal encontrarse.