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Todos los años las jóvenes witchlings participan en una ceremonia llamada de la Luna Negra. Ahí es donde son asignadas a las distintas casas, obteniendo así el control peno de sus poderes como brujas. Siete Salazar es una de ellas y ha trabajado muy duro para que la elijan en la Casa del Jacinto, pero no es seleccionada por ninguna casa. Ahora es una bruja de repuesto, como Valle y Espina, y perderán sus poderes, a no ser que se enfrenten a la tarea imposible. Si ganan, recuperarán sus poderes por completo, pero si fallan se convertirán en sapos para siempre. Una trama en la que encontraremos muchas brujas, aquelarres y criaturas horribles, pero también muchas aventuras, amistades y misterio. Las protagonistas son muy diferentes, incluso no se habrían juntado si no llega a ser por las circunstancias. Las tres crean un vínculo y esto provoca que Siete crezca como personaje. Me ha gustado también que hubiera varios conflictos entre ellas y cómo han conseguido resolverlos. El mundo creado por la autora me ha parecido maravilloso. Ha construido un completo mundo mágico que se presenta poco a poco e introduce al lector de forma genial. Vamos a conocer el sistema mágico y todos los aquelarres que existen en este mundo. La pluma de la autora es muy simple pero atrapa muy bien al lector. El ritmo puede dar la sensación de estancamiento en algunas ocasiones, pero esto se supera con la cantidad de acción y misterio que vamos a ir encontrando a lo largo de la novela. |
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