Un barco cargado de arroz

No podría decir que la sexta entrega de la serie de la inspectora Petra Delicado sea la mejor de la saga. Sin embargo, debo confesar que, una vez más, he disfrutado de la lectura. Creo que eso se debe a que el pequeño universo tejido por Alicia Giménez Bartlett en torno a Petra y Fermín por las calles de Barcelona me tiene ya ganado, pase lo que pase.

El caso a resolver en Un barco cargado de arroz (2004) es un tanto inusual: el asesinato de un mendigo a manos de unos skin heads. Eso, al menos, es lo que parece al principio. Luego iremos descubriendo que hay mucho más detrás. Una historia de codicia y engaño.

Nuestros policías se pasan la novela completamente desorientados, dando palos de ciego y sin lograr apenas avances. No es fácil buscar respuestas entre un colectivo (si es que se le puede considerar como tal) como el de los sin techo.

Hacia el final, los hechos se precipitan de forma un tanto inverosímil hacia la resolución del caso. Hay que reconocer que no es el mejor trabajo de la autora, si analizamos la estructura de la novela con rigor.

Sin embargo, todo queda disculpado por el punto de interés que añaden las historias secundarias. Más sabrosas aún si ya estamos familiarizados con los personajes de la serie: mientras que la inspectora vive un romance tan apasionado como inesperado, lleno de dudas y altibajos, el subinspector, siempre chapado a la antigua, se ve enfrentado a la incómoda situación de conocer al novio de su hijo gay…

Tampoco falta lo que considero la sal y la pimienta de esta serie de novelas: el constante toma y daca entre Petra y Fermín, un dúo que va cimentando una amistad cada vez más sólida. Ambos siguen detestándose mutuamente, aunque de una manera menos agria que en las primeras novelas. No todas sus conversaciones acaban ya en exabruptos y desplantes. La inspectora contiene sus comentarios irónicos, a veces bastante hirientes, mientras que Fermín Garzón también trata de cambiar su naturaleza gruñona y censora por una actitud más paciente y comprensiva. Eso sí, su lealtad sigue a prueba de bombas y sus pensamientos, si bien no tan elaborados como los de su compañera, siempre están cargados de sabiduría.

Por lo demás, los ingredientes habituales de la serie: la rutina policiaca, la crítica social y algunas reflexiones interesantes sobre la futilidad de la vida y el paso del tiempo. Todo escrito con el estilo siempre brillante de Alicia Gimenez Bartlett. Es siempre un gustazo leer a esta autora. Incluso cuando la historia flojea un poco.
Enlace: https://humildelector.com/20..