Mundo Umbrío I: Las dos muertes

¿Por dónde empezar? Este es un libro escrito por el mexicano Jaime Alfonso Sandoval. Ya tenía AÑOS de haber oído del autor, incluso lo fui a ver y compré su libro en la FIL Guadalajara 2015. Pero había escuchado tantas maravillas de él que me daba miedo decepcionarme, además de que el grosor del libro me daba un poco de pereza. Finalmente, hace un par de semanas decidí animarme y me alegra haberlo hecho: el libro es alucinante.


Pese a su grosor, la narrativa no es para nada pesada: es amena y fresca, las páginas se pasan de volada. La voz de Jaime no es pretenciosa, pero tampoco pobre: encuentra el perfecto punto intermedio, inclinándose a desenfadada. El mundo umbrío que construye es asombroso: crea un nuevo escenario, una nueva sociedad, cuidando los detalles, haciéndolos debidamente creíbles, preocupándose por acomodar algunos aspectos económicos y sociales. Te mantiene entretenido todo el tiempo: acompañas a la protagonista a cada pequeña aventura, hasta llegar al clímax.


Y qué decir de los personajes: Lina es una niña inteligente. Si hay algo que me molesta, es que los autores intenten venderte una protagonista antisocial que se obsesiona con leer, para que a fuerzas lxs lectorxs nos sintamos identificados y así creamos que es un buen libro. Jaime no hace hizo, sino crear una verdadera nerd, que sufre bullying, con lo cual puedes simpatizar con ella pero para nada sentirte identificada. Punto bueno. Lina es un personaje entrañable, que tropieza y se equivoca, pero aun así lucha por lo que cree correcto. Se confunde pero intenta mantenerse fiel a sí misma.


De los otros personajes, hay un adecuado desarrollo para que los conozcas y te sientas parte de la historia. La tía Sangre y Alessa me hacían hasta sentir raro el estómago de los corajes que pasaba por su culpa. El personaje del pequeño Sindientes me encantó: muy pocas veces se atreven a dibujarnos personajes con baja autoestima por lo incómodo que pueda resultar y me gusta que Jaime haya notado su patetismo porque sí, a veces las cosas más feas o tristes son esas. El desarrollo de varios personajes me gustó y convenció.


Y otro punto que me gustó es la fuerte conexión familiar que hay, la lealtad y los vínculos pese a los años (siglos). Sólo un autor mexicano pudo representarlo: ya que la sociedad mexicana es muy familiar, y me encanta que haya plasmado eso. Y claro, una gran familia conlleva un montón de problemas, malentendidos y rencores: muy divertido leer sobre eso.


Me encantó que haya tocado el temo del odio o los rencores, ya que a veces son infundados (o sí lo son), y en vez de dejarlos ir con los años sólo seguimos alimentando los rencores, pudriéndonos a nosotros mismos y haciendo daño hasta terceros, creyendo que es lo justo. Además de las ambiciones: mientras más tenemos, más anhelamos, nunca pudiendo satisfacernos. Muy intenso, duro y cierto.


Como último punto, aluciné cuando tocó el tema de un paradigma, el de la belleza. Sé que es algo burdo pero me encantó que lo incluyera, que sólo es un constructo social, una percepción que nuestra sociedad nos impone y seguimos sin darnos cuenta. Un interesante giro para la protagonista fea que encuentra alguien que la considera hermosísima (porque Lina, efectivamente, es feísima).


Altamente recomendado si quieren leer algo juvenil, fresco, divertido y diferente.