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Hay gente que es especial para escoger un entrante en un restaurante, indecisa para comprar una nueva camiseta con tonalidades versemblantes y tiquismiquis a la hora de seleccionar los matices claves para que un viaje con los amigos salga sobre ruedas. Cada uno tiene sus manías. La mía es saber elegir un buen libro de poesía y disfrutarlo. Siempre me ha encantado la poesía contemporánea. Esa que no se anda con rodeos, que te dice las cosas por su nombre: claras y sin tapujos. Con la verdad desmaquillada, con los complejos al descubierto. Sin embargo hay una línea muy fina entre elaborar versos mediocres y otros que, aún siendo los más sencillos del mundo, sean capaces de removerte por dentro. Yo tengo un problema con Defreds. Y aunque para muchos sea uno de los 'poetas' españoles más exitosos del presente, no deja de ser una persona que escribiendo lo primero que se le pasa por la mente tiene la suerte de vender miles de ejemplares. Gracias a Masa Crítica, he podido adentrarme en su mundo interior por primera vez y, aunque haya habido relatos que me han parecido ingeniosos, sus letras se me vuelven repetitivas, demasiado comunes y poco ingeniosas. No obstante, he de decir que está versión ilustrada a cargo de Crisbel Robles es una maravilla visual que salva la lectura de un poemario que cualquier persona, con un mar revuelto de pensamientos, podría ser capaz de escribir. |
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