La diferencia con el primer libro es notable. Esta vez sí me he enganchado desde el principio. Nos adentramos más en el mundo de Illéa y en la trama "política" de esta distopía mientras asistimos a diferentes eventos que van marcando a nuestra protagonista y provocando que empiece a dudar de todo lo que le rodea, incluso de sí misma. La crítica está implícita y es un acierto que la autora se valga del sistema de gobierno que existe en el libro para hacerlo. Además, sólo puedo decir que soy team Maxon, quiero conocer más a fondo al príncipe. |