La Débâcle de Émile Zola
En el orgullo del triunfo, las provincias conquistadas, la indemnización de los cinco mil millones, nada valía tanto como aquel espectáculo de París destruido, atacado de locura furiosa, prendiéndose fuego a sí mismo y desvaneciéndose en humo en aquella noche serena de primavera.
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