La Débâcle de Émile Zola
Es preciso decirlo, otros, el mayor número, estaban alegres, se les había quitado un peso enorme de encima. ¡Era el fin de sus miserias, eran prisioneros, no se batirían más! ¡Llevaban tantos días sufriendo, con aquellas caminatas y sin comer! Además ¿para qué batirse puesto que no eran los más fuertes?
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