La Débâcle de Émile Zola
Él, nacido en 1841, educado como un señorito, hecho un abogado, capaz de realizar las mayores tonterías y de abrigar los más grandes entusiasmos, vencido en Sedá, en una catástrofe que adivinaba era inmensa, que acababa un mundo, y aquella degeneración de la raza, que explicaba de qué modo la Francia victoriosa con los abuelos, habían podido ser derrotada con los nietos, le oprimía el corazón, como una enfermedad de familia
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