La Débâcle de Émile Zola
El clamoreo (durante la carga) que había a su alrededor era tal, que no oía su propia voz, a pesar de que tenía la garganta dolorida de tanto gritar. Pero detrás de la primera línea prusiana había otra, después otra y más aún. El heroísmo era inútil, aquellas masas de hombres eran como altas hierbas, donde desaparecían jinetes y caballos
|