La Débâcle de Émile Zola
En aquel momento apareció en la cresta del montecito, un oficial a caballo, herido, sostenido por dos hombres. Al pronto no le conocieron. Después se oyó un rumor, un clamoreo furioso. Era el general Margueritte, que tenía los carrillos agujereados, atravesados por un balazo, y de esta herida debía morir
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