La Débâcle de Émile Zola
Resistió allí durante algunos minutos, pero silbaban tan fuertemente las balas, caía tal tromba de granadas, barriendo los campos, vacíos, sin un árbol, que el pánico se apoderó de las tropas y arrastraba a los hombres por las pendientes, por donde rodaban como si fueran pajas sorprendidas por una tormenta
|