El año del verano que nunca llegó de William Ospina
Pero cuando me acerqué a buscar al monstruo, en vez de un ser siniestro hecho de odio y de maldad me encontré con un niño asustado perdido en un cuerpo deforme: un desvalido ser sin recuerdos, sin madre, sin pasado, pidiendo comprensión a un mundo que sólo responde a sus propios terrores, y que es incapaz de aceptar lo distinto.
|