Los Reconocimientos de William Gaddis
Sí, tú «¡Por todo lo que es feo!». Y tú, tratándote como a una joya —siguió, elevando la voz—. ¡Tú y tu obra, tu preciosa obra, tu precioso Van der Goes, tu precioso Van Eyck, tu precioso no Van Eyck sino lo que yo quiero! Y tu canciller Rolin, míralo ahí, míralo. Sí, ¿por qué no le pintaste en una Virgen con Niño y donante? ¿Crees que es diferente ahora? ¿Que ese carrilludo canciller Rolin no era igual que él? Sí, ¡maldíceme por todo lo que es feo! —siseó Valentine, y cobró aliento—. Vulgaridad, codicia y poder. ¿Es eso lo que te asusta? Es lo único que ves a tu alrededor, ¿y crees que entonces era diferente? Flandes en el siglo XV, ¿crees que era todo igual que La adoración del cordero místico? ¿Y qué me dices de las pinturas que nunca hemos visto?, ¿la basura que ha desaparecido? Sólo porque nos quedan unas cuantas obras maestras, ¿crees que eran todas obras maestras? ¿Y qué me dices de las pinturas que nunca hemos visto y nunca veremos?, que eran tan malas como cualquier otra cosa que se haya hecho. Y tu precioso Van Eyck, ¿crees que no vivía hundido hasta el cuello en una corte afectada y vulgar? ¿En un mundo donde todo se hacía por las mismas razones que se hace hoy?, ¿por vanidad y avaricia y lascivia?, ¿y el egoísmo ilimitado de esos cancilleres Rolin? ¿Crees que sabíanla diferencia entre lo que era grotesco y lo que era hermoso?, ¿que su vulgar ostentación no ahogaba la belleza en todas partes, en todas partes?, ¿igual que lo hace hoy? ¡Sí, maldita sea, escúchame ahora y jura por todo lo que es feo! ¿Crees que algún pintor hacía algo que no fuera venderse? Esos bellos retablos, ¿crees que glorifican a alguien que no sea el hombre vulgar que los encargó? ¿Crees que Van Eyck no maldecía tener que prostituir su genio, tener que malgastar sus talentos en toda suerte de celebraciones vulgares, a merced de gente que odiaba?
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