El puente oculto de Waldo Rojas
Pájaro en tierra Icaro comprobó en carne propia el engaño de las alas. Aún deben estar sus plumas a merced del vaiven de la resaca. Poco serviría a los pájaros la moraleja repetida, la confianza en sus alas crece en cada despegue y yaen el vuelo es aquella una historia del todo carente de importancia. Pero nosotros, nacidos más para el vuelo que para el arraigo, mantenemos la vista en la altura con esa extraña nostalgia del fruto recién desplomado al pie del árbol. Cielo vacio de alas es el de la Ciudad, dominio de pajaros en tierra con la vista baja en las plumas herrumbrosas como esos matorrales de los parques salpicados de lodo. |