La señora March de Virginia Feito
Siempre había envidiado aquella relación tan íntima que George tenía con los libros: cómo los tocaba, garabateaba en ellos, los doblaba, arrugaba las páginas sin ningún reparo. Daba la impresión de que los conocía completamente, y de que hallaba en ellos algo que ella no encontraba por mucho que lo intentase.
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