La mujer sin nombre de Vanessa Montfort
Noelia recorrió la estancia con la mirada. Siempre había pensado que los objetos tenían memoria. La de sus sueños. O eso creía ella aunque no se lo confesará a su ayudante, mucho más esotérica, por si dejaba de pisar suelo. Quedaba impresa como una huella dactilar en aquellos utensilios o recuerdos que nos acompañan a lo largo de la vida.
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