La mujer sin nombre de Vanessa Montfort
¿No habrá venido desde Nueva York solo para visitar la tumba de Gardel? —No. —Rio. —¡Obvio! —Dio un volantazo—. Tiene usted cara de mujer inteligente... Pero sí busca alguien importante, ¿no es cierto? Alda apoyó la frente sobre el cristal frío y salpicando la ventanilla. —Sí..., a un fantasma. |