No sé bien qué pretendía Ulises de Laney con esta historia, pero a mí me ha parecido un auténtico despropósito y no sé ni cómo calificarla. De hecho, no he acabo de leerla porque es un sinsentido tal que, pese a intentarlo porque no suelo rendirme fácilmente con las lecturas, he tenido que dejarla a la mitad ya que no tiene ni pies ni cabeza. Eso por no hablar de la redacción y la ortografía porque tiene tela.
|