A la sombra del granado de Tariq Ali
Cuando el sultán Abu Abdullah contempló por última vez su reino perdido, se echó a llorar, y entonces si madre, Ayesha, le dijo: "Llora con lagrimas de mujer lo que no supiste defender como hombre".
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A la sombra del granado de Tariq Ali
Cuando el sultán Abu Abdullah contempló por última vez su reino perdido, se echó a llorar, y entonces si madre, Ayesha, le dijo: "Llora con lagrimas de mujer lo que no supiste defender como hombre".
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