FUEGO de Tara G.
Con tres años ya sabía que cada pieza tiene un único lugar asignado y que si intentas colocarla donde no le corresponde, no funcionará. Esa permuta la transforma a ella y a las piezas adyacentes, estropeando para siempre la imagen completa. Cuando tan solo era una niña, ya comprendía que era mejor respetar el orden natural de las cosas, aunque la imagen del puzle resultante no fuera de tu agrado.
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