El castigo de Tahar Ben Jelloun
Este lugar tiene el efecto de alejarnos del mundo, de la inteligencia, de la sutileza, nos vuelve ajenos a la espiritualidad, al saber y al diálogo. Aquí no existen pensamientos, solo órdenes cada vez más estúpidas, y acompañadas de un toque de crueldad. Aquí, los poetas y los filósofos no son bienvenidos, se excluyen, son inconcebibles. Nos vemos reducidos a nuestros instintos más bajos, a nuestro lado animal, inconsciente. Han hecho lo posible por vaciarnos de lo que lleva a reflexionar, a pensar.
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