El castigo de Tahar Ben Jelloun
Una idea para acabar con esta obsesión: quitarme de en medio antes de que la humillación se vuelva insostenible. Me digo a mí mismo que el islam prohíbe atentar contra la propia vida. Todas las religiones condenan el suicidio. Un desafío al Creador. Una provocación contra Dios. Mi sentimiento religioso no es muy profundo, y aquí nadie habla del islam. De hecho, no hay mezquitas en el campamento. Es normal. Nos consideran unos impíos. No somos buenos ciudadanos. Atreverse a protestar es como atreverse a ser ateo o agnóstico.
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