El silencio más noble de Susana López Pérez
Las minas, los altos hornos y algunas empresas ya estaban produciendo de manera frenética. Por esa razón se veían grandes buques atracados en la orilla izquierda y grúas cargando y descargando mineral y mercancías. La industria consiguió sobrevivir a los bombardeos, y no por la mala puntería de los pilotos de combate, ni tampoco porque las oraciones de los empresarios fueran escuchadas desde las alturas, sino porque los nacionalistas pactaron con los vencedores para que sus fábricas no fueran derribadas.
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