La isla de los condenados de Stig Dagerman
-Pero -grité con una voz que iba elevándose cada vez con la fuerza de un caballo, pues el verdugo que llevaba dentro había echado mano al hacha que pendía sobre mí y me había cortado mi yo más decente y más normal. -¿Qué es toda la literatura comparada con un simple suicidio lleno de talento? ¿Qué es la vida, sino un simple intento fallido de suicidio? ¿Qué importa la decencia de la vida en comparación con la decencia de la muerte?
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