Cartas satíricas y amorosas completas de Savinien de Cyrano de Bergerac
Pero también creo que, de hacer caso a nuestros predicadores, no deberíamos siquiera ser de carne en esta época. ¡Cómo! A esta despiadada flaca, ¿no le basta arruinarnos el cuerpo sino que se esfuerza por corromper nuestra alma?
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