De repente, el último verano de Sarah Morgan
Un compromiso significaba poner en segundo lugar tus propias necesidades y él era demasiado egoísta como para hacerse ese sacrificio por nadie. Quería poder trabajar cuando lo necesitará sin sentir la constante llamada del deber y la responsabilidad. Quería viajar sin sentir que había otro lugar en el que debía estar. Quería libertad. No quería verse atrapado y asfixiado tal cómo le había pasado a su padre
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