Casa de cielo y aliento. Ciudad Medialuna II de Sarah J. Maas
Estudió el rostro apuesto del ángel y volvió a sonreír. ¿Cuántas noches en vela habían pasado, hablando de todo y de nada? Pidiendo comida, viendo películas o realities o solbol, jugando a videojuegos o simplemente sentados en la azotea viendo a los malakim y las brujas y los draki pasar volando por el cielo como estrellas fugaces... Él había confesado muchas cosas sobre su pasado, cosas tristes y horribles y felices. Ella quería saberlo todo. |