Una familia decente de Rosa Ventrella
Si hubiese podido, si hubiese sabido hacerlo, lo habría abrazado, le habría pedido perdón porque yo, al contrario que él, estaba segura de haber hecho algo equivocado, terrible, de lo que me avergonzaba. Eran gestos que, sin embargo, no existían entre nosotros en aquellos tiempos y que he lamentado toda mi vida.
|