Sirenas a contraluz: 1 de Rosa Valle
La muerte no sigue los protocolos de la vida. Es insolente, descarada, impía. No necesita entrada, siempre tiene butaca. La halla en las aguas de Asturias, donde la mar devuelve cadáveres desmembrados de jóvenes nadadoras. Tras violarlas y mutilarlas, el asesino arroja sus cuerpos al Cantábrico, vestidos con un disfraz de sirena. Sirenas sin brazada. Peces a la fuerza. Cadáveres en el acuario. Mariposas sin alas. Al timón de la justicia en el salitre, Petunia Prado del Bosque, Tunia, jefa de Homicidios de la Comisaría de Gijón. Una tipa dura, suave bajo el caparazón. Madre, amante, motera... poeta. Siempre la adrenalina surfeando su mar interior.
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