Velada con tres cadáveres de Rex Stout
El la miró. Esa fue la primera vez que lo vi dirigirle una mirada directa y explícita, y como ella se encontraba justamente en la dirección adecuada, pude observarla muy bien. Con semejante mirada, destruía un elemento de su declaración anterior, a saber: que un hombre de su experiencia y de su temperamento, no había posibilidad de que cometiera un asesinato. Porque la mirada que le dirigió a Viola era muy propia para un tipo dispuesto a sacar una cuerda, anudarla al cuello de ella y tirar fuerte. Mas fue tan sólo un destello rápido y perverso de sus ojos, para después volver a enfocar con ellos a Wolfe
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