Los sabores perdidos de Raquel Martos
Leía cuando parábamos para tomar el bocadillo en el taller, y cuando viajaba en el metro, leía. Leía en el cuarto de baño y en la cama antes de dormir. Mis ojos repartían su atención entre los de la mujer de mi vida y los párrafos que caían en mis manos. Mi mirada sobre la vida, sobre el mundo, cambió por completo.
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